El buen trato
El buen trato es algo que conocemos todos, y cuando tenemos que llegar a acuerdos de las cosas importantes de la vida siempre aparece. Casi todos conocemos cómo es y lo más curioso es que es gratuito brindarlo y recibirlo. La pregunta es ¿por qué nos cuesta tanto practicarlo? En el camino del buen trato nos encontramos con el respeto, la cooperación, la comprensión, la cortesía, el ponerse en el lugar del otro, etc., y uno pensaría qué difícil que es tener todos estos elementos. Pero si lo ponemos en pequeñas acciones de todos los días, como por ejemplo: llegar al trabajo y saludar al otro con un beso, o con una mirada, ver una persona detrás de un mostrador excedida de trabajo y regalarle una sonrisa, recibir una llamada insistente y explicar con amabilidad que no estamos interesados en el producto, ofrecerle nuestra orientación si vemos alguien desorientado en una esquina, llamar al otro por su nombre, desearle a alguien que tenga un buen día; estas no parecen ser acciones tan difíciles.
Las personas que pasan por Diagonal en su mayoría resaltan que se sienten muy a gusto con todo el equipo de la organización, y la buena noticia es que la receta es muy simple: tratamos de ejercitar el buen trato, y cuando uno suelta la primer sonrisa cuando se abre la puerta de entrada, el otro se lleva esa sensación y la hace circular acercando una silla al compañero… y así al infinito.
Ejercitemos el buen trato. A algunos les sale natural, a otros se lo enseñaron, otros lo copiamos porque nos gusta verlo, pero lo mas importante es que lo hagamos, porque se contagia y los círculos de contagio pueden llegar a cambiarle el día a alguien y eso es más que suficiente.